A veces sueño… imagino, y mi mente me lleva por las profundidades de mi intelecto, recorriendo todos los recodos, intentando entender todas las locuras de algunos seres llamados humanos. Y es en esa soledad tormentosa de los caminos que discurren, de mi tiempo que transcurre y de mis pensares divagados de mi cráneo aún no maduro, cuando pienso “si en este pequeño planeta en el que nos ha tocado vivir, nuestros ancestros desde sus inicios se hubieran dedicado a crear en vez de destruir, a dialogar en vez de pelear, a amar en vez de odiar, a querer y a querernos más, a vivir en vez de matar… Y así, así hasta nuestros días… ¿Imagináis este planeta así? ¡Yo sí! Ya sé que ahora me diréis que eso es una utopía, una irrealidad, pero no me negaréis que… es tan bonito soñar…”.